Qué es la procrastinación? Puesto en términos simples: la procrastinación es dejar cosas importantes para después, y a cambio hacer cosas que no son importantes.
Alguna vez les ha sucedido que tienen pendiente un trabajo por hacer… puede ser en la oficina, en la casa o un trabajo relacionado con el estudio, y simplemente hay algo dentro de ustedes que los aleja de realizar ese trabajo? Simplemente se van a sentar a hacerlo, y de repente algo captar su atención y deciden que deben hacer eso antes.
Y al final lo que tenían que hacer, queda para otro día. Eso es la procrastinación: no dejes para hoy lo que puedes hacer mañana.
Y aunque muchos piensan que es una tendencia entre los jóvenes en realidad la procrastinación afecta a todos los seres humanos, es parte de nuestra naturaleza.
Cómo caemos en la procrastinación?
El ciclo de la procrastinación suele ser el mismo siempre.
Tenemos una tarea pendiente que nos ocasiona estrés, ya sea porque nos da pereza o porque no estamos seguros de poder completarla de manera exitosa. Nuestra mente entonces busca algo más atractivo para nosotros, y nos lleva a dedicar un rato a esa tarea secundaria. Al final pasamos tanto tiempo en la tarea secundaria, que la tarea principal que íbamos a hacer, nunca se hace.
Luego nos damos cuenta que ya no tenemos tiempo para hacer la tarea principal que dejamos para después, y sucede una de tres cosas:
- Nos vamos desesperados a rogar por más tiempo, y si lo conseguimos comienza de nuevo el ciclo.
- Hacemos un trabajo a medias
- Del todo no hacemos nada, y esperamos que nadie lo note.
En los días posteriores a nuestro acto de procrastinación, sufrimos de remordimiento y arrepentimiento por no haberle dedicado el tiempo necesario. Especialmente si ese trabajo que dejamos de hacer, ahora nos está generando consecuencias.
De seguro en este momento muchos ya lograron identificar qué es la procrastinación, porque lo han experimentado un montón de veces.
No solo con los trabajos o asignaciones procrastinamos
La procrastinación no tiene que ver solamente con asignaciones o trabajos. Puede afectar cualquier otro aspecto de nuestras vidas. Por ejemplo, procrastinamos cuando se trata de cuidar nuestra salud. Piensen en la última vez que fueron donde el dentista, o a hacerse exámenes médicos. O la última vez que tuvieron que enfrentarse con un amigo o un familiar para discutir un tema difícil y conflictivo. Probablemente llevaron algún nivel de procrastinación.
Los riesgos de la procrastinación
Un primer paso para acabar con la procrastinación, es entender los riesgos que genera para nosotros. Porque la realidad es que procrastinar no es gratis: tiene consecuencias en nuestras vidas, consecuencias que pueden ser de mucha importancia.
El principal riesgo que enfrentamos de la procrastinación es no llevar a cabo las cosas importantes que tenemos que hacer en nuestras vidas. Y eso nos desata una infinidad de consecuencias de todo tipo. No obtenemos calificaciones buenas en el estudio, no crecemos profesionalmente ni nos ganamos la confianza de los demás en la oficina, empeoran los problemas que tenemos en la casa, nuestra salud se deteriora… ese tipo de cosas.
Y a cambio cuando procrastinamos, los logros que obtenemos son insignificantes, o hasta nulos. Se quedaron viendo Facebook, se entretuvieron media hora, y a cambio tienen que repetir un curso y pagar la matrícula de nuevo.
Entienden por qué la procrastinación nos hace sentir tan mal? Eventualmente nos damos cuenta que cambiamos la mina de oro, por un espejo sin valor.
Cómo superar la procrastinación
Para superar la procrastinación lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta de cómo nos está afectando. En la sección anterior mencionamos algunas consecuencias de la procrastinación, debemos entender que son reales, y siempre tenerlo presente.
Es un buen ejercicio reflexionar sobre esas consecuencias, cada vez que nos ocurran. Porque así nos daremos cuenta de lo mucho que sacrificamos y lo poco que obtuvimos a cambio. Y también nos daremos cuenta de los trucos que usa nuestra mente para hacernos caer en la procrastinación.
No hay una receta universal para superar la procrastinación, porque este fenómeno ocurre diferente para cada persona. Sin embargo algunas estrategias recomendables para atacar el problema son:
- Tener muy claro el trabajo, y la fecha en que se espera lo terminemos. Es demasiado común que otros nos asignen algo, pero no nos digan exactamente qué es lo que quieren ni para cuando lo esperan. En estos casos tenemos que pedir que nos lo aclaren, para poder entregarles lo que ellos esperan, cuando lo esperan.
- Evaluar cuidadosamente nuestro tiempo. Antes de aceptar un trabajo, tenemos que evaluar si realmente tenemos tiempo y recursos para hacerlo. Y si no contamos con tiempo o recursos, advertirle a la persona y tratar de renegociar esa tarea. Si aceptamos un montón de cosas para las cuales no tenemos tiempo, eso nos generará estrés y nos hará procrastinar.
- Planear nuestro horario: tenemos que estar seguros que le vamos a dedicar tiempo suficiente a la tarea que debemos hacer. Hay que separar bloques de tiempo en nuestro horario para dedicarle a esa tarea. Y debemos apegarnos a esos bloques de tiempo de forma estricta, de lo contrario nos pasará que una sola tarea ocupa todo nuestro tiempo, y las demás se quedan tiradas.
- Permitirnos fallar: muchas veces procrastinamos porque no queremos fallar. Tenemos que darnos oportunidad de fallar, especialmente si enfrentamos una tarea muy complicada. Al inicio, debemos hacer intentos de prueba, cálculos rápidos, simulaciones y otros ejercicios que nos permitan detectar cuáles caminos no son los correctos. Debemos meter esta «prueba y error» a nuestro horario de trabajo, para que una vez que sepamos qué no hacer, tengamos suficiente tiempo para hacer lo correcto.
- Tener un seguimiento: primero a nivel personal. Debemos manejar listas y guías que nos indiquen cómo vamos avanzando en cada una de nuestras tareas y objetivos. De esa forma podemos ver si estamos dejando alguna tirada o estamos procrastinando en algo. Segundo, tenemos que tener un seguimiento con la persona que espera esa tarea de nosotros. Una reunión o una llamada de diez minutos cada par de días para discutir el trabajo puede orientarnos muchísimo en lo que estamos haciendo, y evitar que hagamos cosas que no cumplen expectativas. El saber que vamos por el camino correcto nos hace más fácil las cosas, y nos quita una razón para procrastinar.
- Buscar los problemas subyacentes: si encontramos que estamos procrastinando una y otra vez en ciertas cosas, puede que haya un problema específicamente con esas cosas. Y si no atendemos ese problema, seguiremos procrastinando por más técnicas y planeamiento que implementemos. En asuntos personales, es muy común que la procrastinación no sea porque la tarea es difícil, sino porque tenemos algo a nivel interno que nos aleja de realizarla. Esos temas hay que identificarlos, tenerlos en cuenta, y si es del caso buscar ayuda para resolverlos.
La procrastinación nos afecta a todos
Nadie está exento de procrastinar, ni siquiera los mejores. No crean que es algo exclusivo de ustedes: todos los seres humanos pasamos por la misma rutina y el mismo ciclo. Y un montón de nosotros, nos dejamos llevar por el ciclo y terminamos dejando cosas importantes para después.
De un procrastinador crónico a otro, les digo: la procrastinación no vale la pena. Genera demasiadas consecuencias negativas, y no nos aporta nada. Tenemos que impulsarnos siempre para hacer las cosas importantes en nuestras vidas y no dejarlas para después, sin importar qué tan incómodas nos resulten. Porque sino, las consecuencias de no haber hecho lo importante serán peores que el estrés de haber llevado a cabo la tarea.