Tareas monumentales? Pruebe dividirlas.

por | julio 26, 2016

Divide y vencerás

1_2Ese refrán ha estado en la historia de la humanidad desde los primeros tiempos. Pero es hasta la época moderna que se ha convertido en una filosofía de productividad. Y es que en realidad tiene mucho sentido, ya sea en el campo de batalla o en la vida cotidiana.

Muchas veces nos topamos con trabajos monumentales, que no sabemos por dónde empezar. Pueden ser trabajos del colegio, de la universidad (por ejemplo las famosas tesis), o simplemente de nuestra vida profesional. Nos asignan un proyecto nuevo, que implica afectar múltiples departamentos y múltiples personas. O simplemente queremos hacer algo en la casa, que nos va a llevar mucho más de unas horas e implica más recursos de los que normalmente manejamos… caso típico, una construcción.

Cómo manejamos estas tareas de forma productiva? Como hacemos para que no se conviertan en la típica historia: «ahí está la idea, pero está muy complicada y lleva 5 años desde la última vez que la toqué».

Porque algunas tareas las podemos dejar en ese estado, pero otras, podemos tener consecuencias si no las llevamos a cabo. Ocupa cambiar de automóvil? Si no planea bien el asunto, puede terminar sin automóvil. Un proceso médico complicado? Su salud está en riesgo.

Para llevar a cabo esas cosas que tienen una complejidad más allá de nuestro nivel de confort, lo mejor es aplicar «divide y vencerás». Ir partiéndolas en pequeñas etapas.

Lo primero que debemos hacer es visualizar el objetivo. Contestar la pregunta: cómo se verá cuando esté terminado? Si está haciendo una tesis, cómo será esa tesis y qué contenidos tendrá? Si quiere cambiar de carrera, cuando lo logre, en qué puesto y en qué sector quiere estar trabajando?

2_2Visualizar el objetivo puede ser complicado, es cierto. Una tesis muchas veces no tenemos ni idea de cómo va a ser, más si es la primera que hacemos. Si estamos cambiando de carrera, sabemos más o menos qué nos gusta, pero puede que no tengamos ni idea de quiénes lo hacen y qué puestos tienen. No hay que preocuparse, este primer ejercicio normalmente es solo una aproximación. Una aproximación que luego iremos refinando conforme averigüemos más. Todo es un proceso de prueba y error.

Luego tenemos que definir qué pasos ocupamos para llegar a ese objetivo. Y nuevamente, vamos a hacer aproximaciones e ir refinando. Cambiar de carrera puede requerir llevar cursos o programas de capacitación. Definitivamente requerirá buscar una fuente de ingresos temporal mientras hacemos el cambio. Requeríra buscar y encontrar personas que nos puedan dar una luz acerca de cómo introducirnos en ese nuevo campo. Todos esos son pasos que tenemos que cumplir para lograr el objetivo.

Y teniendo esos pasos, podemos comenzar a subdividir. Buscar gente que nos asesore en el cambio de carrera? Ocupamos hacer llamadas telefónicas, y concretar una cita. Talvez haya algún conocido con el que podamos hablar inicialmente y que nos dé algunos contactos. Tenemos que visitar centros de capacitación y obtener programas de estudio. Todos esos son los pasos en los que vamos a subdividir.

Podemos seguir subdividiendo hasta donde nos sintamos cómodos. Hasta el momento en que empiecen a aparecer tareas manejables, cosas que realmente podamos ir haciendo. Por ejemplo en una tesis podemos llegar al punto de saber que ocupamos «definir un tema». Y si nos sentimos cómodos y eso es lo suficientemente claro, lo hacemos. O puede que ocupemos ir más fino aún, y decir que tenemos que hacer una lluvia de ideas, hablar con profesores, buscar referencias anteriores en la biblioteca, y así sucesivamente.

Lo importarte es subdividir hasta el mundo en que las tareas se vuelvan realizables, y en donde podamos controlar cómo vamos avanzando. Porque recuerden que algo que no se pueda controlar y medir, es un riesgo de dejar algo perdido.

Cada persona tiene el nivel de subdivisión que prefiere, y para cada proyecto es diferente el nivel que hay que usar. Es una cuestión de experiencia y de ir viendo que funciona para uno.

Lo que si es claro, es que para realizar trabajos grandes y complicados, hay que subdividirlos en trozos pequeños. Roma no se construyó en un día, pero si se construyó en muchas pequeñas etapas realizables.